La crisis como un llamado a la acción y la solidaridad
Estas últimas semanas han estado marcadas por el interés de la opinión pública en la crisis que enfrentamos los organismos colaboradores del Estado en la protección de la infancia vulnerada. Este renovado interés es un aliciente clave para impulsar acciones concretas que propicien los cambios que el sistema requiere con urgencia. Como país, necesitamos aunar voluntades y coordinar mejor los diversos brazos del Estado, asegurando que estos esfuerzos se traduzcan en más recursos para abordar el déficit cercano al 30 %, que afecta a las residencias. Esta diferencia es resultado de la disparidad entre los aportes del Estado y la inversión real necesaria para ofrecer un futuro mejor a los niños bajo nuestra protección.
En la próxima discusión presupuestaria 2025, esperamos que estos esfuerzos colectivos den frutos, permitiéndonos empezar a saldar la deuda que tenemos como sociedad con estos niños, niñas y adolescentes. Mientras tanto, continuamos ofreciendo toda nuestra experiencia para encontrar soluciones efectivas a esta crisis, comprometidos a innovar y explorar nuevos caminos que respondan a las necesidades reales de aquellos a quienes acogemos para darles una nueva oportunidad de vida.
No obstante, también necesitamos la ayuda de todos aquellos que se sientan convocados por la realidad con la que trabajamos a diario: historias de daño, abandono y negligencia de las que ningún niño o niña es responsable. Sin el apoyo de la sociedad civil y del mundo privado, simplemente no podremos continuar avanzando. La crisis que enfrentamos es un llamado a la acción y la solidaridad y solo podremos marcar una diferencia real si trabajamos de la mano.
Erica Ponce Figueroa
Directora Ejecutiva
Fundación Niño y Patria